Arquitectura de la parroquia
Aunque actualmente la iglesia de San Sebastián ya no conserva su arquitectura primigenia, ni muchos de los tesoros artísticos de los que cobijó antaño, guarda otros que bien merecen ser visitados.
El exterior del templo
En la calle Atocha en encuentra una de las portadas del templo, que en origen fue de estilo churrigueresco, pero en el siglo XVIII fue destruida para adaptarla a los gustos de la época. Está constituida por un gran arco de medio punto que da paso al atrio, en cuyos lados se halla un acceso a la capilla de Belén y un bajo relieve que advierte de la restauración del espacio en el año 2010. Pese a tratarse del acceso principal, la portada es de una gran sencillez, pues su única decoración se sitúa en el ornato del frontón, con un fresco del martirio de San Sebastián realizado por Ricardo Sanjuán, un pintor hiperrealista, de creciente éxito y una sensibilidad maravillosa. El conjunto queda rematado por rejería moderna que clausura el espacio.
La otra portada que da acceso al interior es la que se encuentra en la calle de San Sebastián, la cual fue en origen la entrada principal al templo de ahí que resulte mucho más interesante que la precedente. Fue realizada con material de acarreo, proveniente de la antigua portada de la calle Atocha. De estilo neoclásico, está constituida por dos columnas jónicas que enmarcan la hornacina superior y sostienen el frontón. En su centro se cobija una escultura moderna de San Sebastián, obra de Antonio Martín Méndez, pues la original, realizada por Luis Salvador Carmona, fue destruida durante la Guerra Civil.
En lo referente a la arquitectura exterior, San Sebastián presenta una compleja volumetría, coronada por la cúpula central de aspecto clasicista, con un marcado estilo de posguerra.
El interior del templo
Una vez en el interior de la iglesia, destaca la sencillez de su nave centralizada, la cual queda rematada con una gran cúpula, en cuyas pechinas se cobija la obra de Antonio de la Cruz Collado, una representación escultórica de los cuatro evangelistas con tetramorfos. La cúpula está formada por nervios que se entrecruzan siguiendo el modelo arquitectónico árabe y en el centro se halla la linterna asentada sobre lunetos, por la que entra la iluminación natural.
Altar mayor
Desde la entrada principal observamos el altar mayor, una obra realizada durante la reconstrucción del templo en la posguerra, cuya autoría pertenece a los Talleres Granda, a los cuales se les confió la reconstrucción de la mayoría de las iglesias destruidas en este periodo. En el centro del retablo destaca una gran hornacina que alberga una escultura de San Sebastián, también de Cruz Collado. La pieza es una réplica de la realizada por Alonso Berruguete para el convento de San Benito de Valladolid. El frente de altar remata con un Calvario esculpido por el sevillano Luis Ortega Bru. El crucificado es similar al ‘Cristo de la Salud y Caridad’, de la Capilla de Montesión de Sevilla. Como detalle original, hay que señalar la posición sedente de la Virgen y San Juan. Al fondo, hay una vidriera contemporánea con la representación del Espíritu Santo.
En la zona mas baja se halla un altar de piedra con sagrario realizado por el broncista Pedro José de Villalba siguiendo el proyecto de Íñiguez Almech. El sagrario ), construido con mármol sienés, consta de un apostolario en las puertas que recuerda a la pieza realizada por el Greco para la catedral de Toledo. Actualmente, por encima del sagrario se encuentra el cuadro de ‘Virgen con el Niño’, del pintor italiano Juan Bautista Salvi Sassoferrato.
Capilla mayor
A los pies de este altar se encuentra la capilla mayor, cuya singularidad se encuentra en los cuadros que la ornamentan. Empezando desde la puerta de acceso a la sacristía, destaca la ‘Inmaculada Concepción’, realizada por Matías Ximeno y el ‘Martirio de San Sebastián’, obra de Dionisio Mantuano, ambas del XVII. En el lado opuesto se haya un Santo Ángel de la Guarda, fechado en torno a 1890 cuya autoría resulta desconocida. Y la ‘Preparación para el Martirio de San Sebastián’, soberbio lienzo del XVII, obra del pintor napolitano Lucas Jordán.
Justo debajo de la capilla mayor, nos encontramos en paralelo dos grandes capillas con columnas seudosalomónicas, que cobijan la imagen del sagrado Corazón de Jesús, realizada por Victor Gonzalez Gil y la talla de San José, una obra que recuerda a la de la iglesia de San Ginés de José Luis Vicens.
Crucero de la nave
En el centro del crucero, reluce una copia de la ‘Inmaculada Concepción’ de Tiépolo, cuyo original se encuentra en el Museo del Prado, realizada por María Fuencisla Llorente.
En el lado opuesto de la nave, aparece la capilla de Santa Maravillas de Jesús, con un retrato de cuerpo entero, que al igual que el del atrio es obra de Ricardo Sanjuán. La imagen de la santa, bautizada en la iglesia en 1891, custodia su pequeña reliquia.
Antiguo altar mayor
Sobre el antiguo altar mayor nos encontramos la que fue la Capilla del Sagrado Corazón de Jesús, ahora con una representación de la ‘Divina Misericordia’ según la visión de Santa Faustina Kowalska. Tras la revelación de la Santa en 1931, la religiosa pidió a Eugenio Kazimirowski que realizara un cuadro mostrando el Cristo de la Misericordia. En 2019, Ricardo Sanjuán realizó una réplica exacta para este espacio, siguiendo la imagen de Kazimirowski.
Capilla de Nuestra Señora de la Misericordia
En el lado oeste de este altar, se halla la Capilla de Nuestra Señora de la Misericordia, cuyos cofrades financiaron en 1942 la talla que actualmente se contempla. La Virgen, también obra del escultor González Gil, es una talla de vestir que imita a la original destruida durante la Guerra Civil y de la cual se conservan las vestiduras antiguas. A ambos lados de la capilla se encuentran los lienzos de la ‘Presentación de Jesús en el Templo’ y la ‘Circuncisión de Cristo en el Templo’, de Lucas Jordán.
Capilla de los Arquitectos de Nuestra Señora de Belén
En el lado este aparece uno de los espacios mas significativos dentro del templo, la Capilla de la Real Congregación de Arquitectos de Nuestra Señora de Belén en su huida a Egipto. Obra realizada por el maestro Francisco Moreno en 1693 y remodelada, entre 1766 y 1768, por Ventura Rodríguez. La capilla, con planta de cruz griega, destaca por el ornato de su cúpula con casetones y las cabezas de querubines asentadas sobre las pechinas de esta. Asimismo, en la cabecera de la capilla luce un mural de la Huida a Egipto, realizado por Joaquín Vaquero Palacios. En esta capilla se encuentran enterrados los arquitectos Ventura Rodríguez y Juan de Villanueva.